jueves, 23 de enero de 2014

La imagen de VW a través de los años

Volkswagen está de fiesta. Llegó a México en enero de 1964 y festeja 50 años en el país. Aunque el primero y mítico “vochito” hecho en tierra mexicana vio la luz en 1967, la marca alemana se estableció en nuestro país tres años antes, en el Estado de México, pero fue en Puebla -a donde se mudó en 1965- la ciudad que ha sido testigo de emblemáticos modelos como la Combi, la Brasilia o el mutiganador Jetta, que será recordado por “el incansable” con ese motor de 1.8 turbo.

Así que aprovechando la coyuntura, te presentamos la evolución y significado de uno de los logos con más recordación en este país y en el mundo.

El primero (1939)
Recordemos que la marca nació en la Alemania nazi y al lanzar un certamen para que distintas propuestas participaran por crear el logotipo de VW, un personaje llamado Franz Reimspiess fue a quien se le ocurrió ensamblar la primera letra encima de la segunda.

Y aunque la V encima de la W es la esencia del logotipo, en esa primera edición simulaba ser un dibujo con aspas, para dejar claro que se trataba de una marca que hacía motores, con evidentes alusiones a la suástica nazi, y al ser circular, también podía hacer referencia a un engrane.
La Segunda Guerra Mundial
Vino la guerra encabezada por el ejército alemán y las aspas del primer logotipo desaparecieron. Según se ha documentado, fue el primer gran paso en la evolución del logotipo, ya que al quitar un elemento tan grande visualmente, se le dio fuerza a las iniciales de la marca, sin perder el engran que lo asociaba con la fabricación de motores.

Además, en una Alemania militarizada, el Frente de Trabajo Alemán era el responsable de la producción de autos, y la exaltación del trabajo también es motivo primordial en éste nuevo logotipo.
Adiós a la guerra, adiós al engrane
Se acabó la guerra y la marca dejó de estar en manos alemanas. Ya no era necesario exaltar el trabajo bajo una filosofía militarizada como las anteriores evocaciones nazis, así que bajo una administración británico desaparecieron los dientes del engrane y aunque pareciera simple, el cambio fue total, al grado de que se convirtió en el logotipo que cualquier persona del nuevo milenio puede asociar con el que se conoce hoy.

Al ser ese el gran cambio, el segundo no es tan perceptible, pero sí importantísimo, ya que para reforzar la presencia central de las dos letras, se insertó un fondo circular que las amlgamara para siempre, y al mismo tiempo se lograra un logo mucho más limpio y al mismo tiempo más firme.

Justo en este lapso, en 1950, nació la combi; y un año más tarde, en enero, murió Ferdinand Porsche, el creador del VW Escarabajo. Fue entonces que VW llegó a México hace 50 años, con este logotipo emblema de una generación de autos y que a partir de ese momento sufrió ligeros cambios. 
Del negro al azul
Pocos años después apareció el azul, y de ahí hacia nuestros tiempos el máximo cambio está en la textura y en la profundidad de una imagen que no es plana y aunque sencilla, no ha perdido fuerza. Al contrario, en las décadas de los 70’s y 80’s los logotipos eran barrocos y recargados de muchos elementos.

Bastaría ver los cambios de Apple, que al principio su logotipo era todo un cuadro con Newton debajo de un árbol de manzanas, y hoy sólo es la manzana mordida que todo el mundo conoce. Eso VW lo hizo desde 40 años, se quedó con su logo, que sin duda también es reflejo de la propia historia de su país y de la humanidad del siglo XX.


50 años después
Que VW llegara a México no fue casualidad. Y que de manera particular el crecimiento y la importancia de la planta poblana se hayan convertido en un pilar fundamental para la marca a manera global, tampoco es un accidente.

Es sabido que la mano de obra automotriz en México es considerada la mejor de la región, razón por la que en Brasil se fabrican modelos como el Derby o el Polo, mientras que en Puebla se hacen los Bora, los Passat y hasta modelos que se comercializan exclusivamente en Europa.


Pero fue justo con este logotipo con el que VW despidió al auto del pueblo. El 30 de julio de 2003 salió el último vocho fabricado en Puebla. La producción mundial de esta pieza de colección y de nostalgia alcanzó las 21 millones 529,464 unidades. Nadie sería capaz de olvidar el VW Sedán que tenía un sistema de enfriamiento a base de aire, otra de las grandes aportaciones de la marca, desarrolladas en nuestro país.

Publicado en Revista ALTO NIVEL