Investing.com - El sector del automóvil vuelve a pisar el embrague de más. Este año las noticias que han saltado en el mundo del automóvil no han sido del todo buenas y las consecuencias están llegando en los diferentes mercados en los que operan las compañías de coches.
Donald Trump, el Brexit, despidos y escándalos de corrupción o una mala de configuración de motores han sido los principales agentes para que las firmas automovilísticas se hayan teñido de rojo este año.
El ‘América primero’ ha sido el santo y seña del presidente estadounidense y lo ha llevado hasta los extremos. Desde el minuto uno Donald Trump se ha enfangado en una guerra comercial que ha afectado a todos los sectores y a todos los países. Este verano ya dijo que los automóviles extranjeros deberían pasar por caja si querían venderse en territorio estadounidense. Ahora ha vuelto a la carga.
En las últimas horas, se ha conocido que el Departamento de Comercio de EE.UU. está elaborando un nuevo informe en el que se ha decidido elevar los aranceles a las empresas automovilísticas tras la reunión del G-20 que se celebra en Buenos Aires. Así, el gobierno de Donald Trump podría imponer unas comisiones de hasta el 25% salvo a los coches venido de Canadá y México.
Dentro de Estados Unidos, precisamente, hay una compañía que está viviendo momentos dramáticos dentro de sus fábricas. La compañía anunció 14.000 despidos y sopesa el cierre de cinco de sus plantas de producción. Esta medida se topó con la ira de Donald Trump quien dio que estaba “muy decepcionado con General Motors (NYSE:GM) y su directora ejecutiva por el cierre de fábricas”. Además apuntaba que no estaban clausurando naves en otros territorios como China o México.
Pero Donald Trump ha ido mucho más lejos y no se ha quedado solo en las palabras ya que el presidente estadounidense planea quitar todos los subsidios que le concede el gobierno a la multinacional.
El temido Brexit
Mientras el sector del automóvil espera que las tensiones comerciales se relajen, otro importante frente se acerca peligrosamente. El Brexit está a la vuelta de la esquina como quien dice y las grandes compañías echan a temblar.
De hecho, según las empresas británicas y españolas con intereses en Reino Unido y España, el sector del automóvil es el que más tiene que perder en el adiós del país miembro. Así lo apuntaron ayer en la jornada Brexit Challenges & Future Possibilities, que organizaron la Cámara de Comercio Británica en España, la Embajada Británica y DLA Piper. “Nos esperan cinco meses catastróficos”, apuntaló William Murray director de Economía en la Embajada Británica en Madrid.
En este sentido, el diplomático alegó las grandes dificultades que sufre el sector a la hora de trasladar los automóviles. "Para montar un coche, las piezas tienen que pasar por las aduanas seis veces".
Además, tras las desconexión de Reino Unido con el resto de Europa, se prevé una masiva pérdida de trabajo. Según el cálculo que maneja el sector, 860.000 puestos de trabajo corren serio peligro en tal de que se produzca un Brexit duro.
Entre escándalos y nuevo reglamento
El sector del automóvil también ha tenido que lidiar con los tribunales, por unas cosas u otras. A los ya conocidos casos de la modificación en la emisión de gases nocivos a la atmósfera se ha unido el de Carlos Ghosn, presidente de Mitsubishi Motors (T:7211), empresa que se sumó recientemente a la alianza Renault-Nissan.
Al directivo se le acusa de malversación de fondos públicos. Ghosn habría minimizado sus ingresos como presidente del consejo de administración de Nissan (T:7201) en unos 5.000 millones de yenes (38 millones de euros) durante cinco años a partir de 2011.
El último de los problemas para las fabricantes se ha escenificado en España. El Ministerio para la Transición Ecológica ha propuesto que los coches y vehículos comerciales de gasolina, diésel, híbridos y gas natural no se puedan vender en España a partir de 2040. Esta medida no es nueva y ya se ha visto en otros países de Europa, como el Reino Unido y Francia.
No obstante, el Gobierno ha reiterado en varias ocasiones que van a ayudar en todo lo posible y ha propuesto varias reuniones con las fabricantes aunque, de momento, el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha tenido suerte.
Los mercados dan la espalda al automóvil
Con toda esta mala hierba que ha crecido en torno al sector, el mercado ha ido retirándose progresivamente en lo que va de año. Basta con echar un ojo a los históricos de 2018 en las principales firmas que cotizan en los diferentes parqués mundiales
Daimler (DE:DAIGn) es la que más sufre durante este año en bolsa. La firma alemana se deja un 28% de su valor bursátil y su acción lucha por alcanzar los 50 euros. Lo mismo le pasa a Renault (PA:RENA), que casi roza sus cifras (-26%) y el título ronda los 62 euros.
General Motors, que a pesar de recibir el beneplácito de los inversores de los despidos y posibles cierres (ha subido un 7% en las últimas jornadas) ha menguado un 23% durante 2018. Nissan, que cae un 14%, Volkswagen (DE:VOWG_p) -con descensos acumulados del 11%-, o BMW (DE:BMWG), que ve como sus acciones caen un 10%, son otros ejemplos del mal comportamiento en los mercados de las firmas automovilísticas.
La única cotizada que se ‘salva’ de la quema es Fiat. A pesar de que no está en verde durante este año, sólo se ha dejado un 2%.
El mercado español también ha notado las consecuencias y las dos grandes empresas de automoción cotizadas han notado el efecto dominó. Cie Automotive (MC:CIEA) cae este año alrededor de un 7% situándose en los 5,54 euros por acción Mientras, Gestamp (MC:GEST) se ha dejado casi un 9% y se ha marchado hasta los 22,5 euros el valor de cada título. Investing.com