La medida adoptada por las autoridades helvéticas afecta a los automóviles de todas las marcas del grupo, Volkswagen, Audi, Seat y Skoda equipados con motores diésel conformes a la norma Euro 5.
Unos 180 000 vehículos en total.
Mientras, Bélgica ha suspendido la venta de 3200 unidades importadas: “Sin duda, también tenemos un gran problema en Bélgica. Calculamos que se vendieron un máximo de 500 000 vehículos. Desconocemos el número exacto porque no se sabe cuántos incorporan este programa informático”, explica el ministro de Economía belga, Kris Peeters.
Volkswagen no ha dado a conocer la lista completa de coches afectados aunque ha reconocido que la sexta generación del Golf, la séptima del Passat y la primera del Tiguan montan el polémico motor diésel del tipo EA 189.
En las calles de Roma, algunos transeúntes creen que esta crisis no afectará a las ventas del fabricante alemán: “Volkswagen es siempre una marca muy importante. No creo que esto tenga tanta influencia sobre el consumidor como para afectar a las ventas, pienso”, explica un joven.
Otros, en cambio, creen resquebrajada la confianza en las marcas alemanas: “Los alemanes nos han enseñado tanto y todavía nos enseñan. Son los mejores para robar”, comenta otro vecino de Roma.