PARÍS/FRÁNCFORT (Reuters) - PSA Group ha acordado la compra de Opel al grupo estadounidense General Motors en una operación valorada en 2.200 millones de euros ($2.300 millones) que creará un nuevo gigante regional que desafiará al líder del mercado Volkswagen.
El fabricante de los coches Peugeot y Citroen se ha comprometido a hacer de nuevo rentable a Opel y a su marca británica Vauxhall, con un margen operativo del 2 por ciento en un plazo de tres años y del 6 por ciento en 2026, apoyándose en un programa conjunto de ahorros de 1.700 millones de euros.
Las acciones de PSA llegaban a subir hasta un 5,2 por ciento después de que el presidente del consejo de administración de PSA, Carlos Tavares, dijera que la transformación de Opel se lograría con las lecciones aprendidas por PSA en su propio proceso de recuperación. Opel registró recientemente su décimo sexto resultado anual negativo en serie.
"Confiamos en que la recuperación de Opel-Vauxhall se acelerará de forma significativa con nuestro apoyo", dijo Tavares en un comunicado emitido por los dos fabricantes el lunes.
Tavares también dijo que PSA no tenía planes de cerrar plantas de Opel tras su adquisición.
Con la compra de Opel, el grupo francés superará a su rival doméstico Renault, convirtiéndose en el segundo fabricante de automóviles de Europa por ventas, con una cuota del 16 por ciento, frente al 24 por ciento de VW.
El año pasado, PSA y GM Europe contabilizaron ingresos por 72.000 millones de euros y entregaron 4,3 millones de vehículos entre las dos.
GM recibirá 1.320 millones de euros por el negocio de fabricación de Opel, de los cuales 650 millones de euros serán en efectivo y otros 670 millones en warrants de acciones de PSA.
El fabricante de automóviles con sede en París y BNP Paribas pagarán 900 millones de euros adicionales por el brazo financiero de Opel y lo gestionarán como sociedad conjunta que consolidará plenamente el banco francés.
La venta de Opel sella la salida de GM de Europa. Ocho años después de estar a punto de vender Opel a Magna International, el gigante automovilístico de Detroit se ha visto presionado por los inversores para deshacerse del negocio en Europa y centrarse en aumentar la rentabilidad, en lugar de perseguir el primer puesto de ventas global que actualmente ostenta VW.
Después de rechazar propuestas de fusión en 2015 por parte de Fiat Chrysler con el apoyo del consejo, la jefa de GM, Mary Barra, acordó alcanzar una rentabilidad mínima del 20 por ciento sobre el capital invertido y repartir más dinero en efectivo entre los accionistas.
Las acciones de PSA subían a mediodía un 2,2 por ciento a 19,49 euros. Los títulos de GM terminaron el viernes con un alza del 1,2 por ciento después de que Reuters informara que se había alcanzado un acuerdo.
Los dos fabricantes de automóviles, que ya comparten cierta producción en el marco de una alianza europea ya existente, confirmaron el mes pasado que estaban negociando una adquisición directa de Opel y su marca británica Vauxhall por PSA, lo que generó preocupación por posibles recortes de empleo.
Tavares dijo el lunes que los ahorros previstos se generarían de las áreas de compras e I+D -- evitando el cierre de fábricas -- al basarse la modernización de Opel con tecnología y diseños de modelos de PSA.
El proceso de convergencia tecnológica comenzará con el Opel Corsa, dijo Tavares.
El lanzamiento del próximo modelo del Corsa se retrasará en un año hasta 2020, de acuerdo con una presentación remitida a analistas.
"Nuestros equipos de planificación ya están trabajando en esto", dijo el consejero delegado de PSA y agregó que otros cinco modelos de Opel basado en PSA se lanzarán hasta 2023.
El acuerdo de Opel se produce tras la recuperación estelar experimentada por PSA durante los últimos años. El grupo francés había evitado la quiebra en 2014 mediante la venta del 14 por ciento de su capital al estado francés y al grupo chino Dongfeng, igualando la participación del holding familiar de Peugeot.
Desde entonces, Tavares ha recortado cada año 3.000 empleos en las líneas de montaje en Francia con un programa de bajas voluntarias para rebajar la carga salarial al 11 por ciento de los ingresos desde el 15 por ciento que heredó cuando fue nombrado consejero delegado y que es el nivel con el que aún cuenta Opel en la actualidad.
PSA reiteró sus promesas de dirigir a Opel como una filial alemana distinta y respetar las garantías laborales existentes, que cubren los planes de producción de los modelos existentes.
Pero más allá de ese horizonte, las perspectivas para las plantas de Opel pueden ser menos ciertas.
"Tavares quiere crear una sana competencia entre las plantas", dijo una persona involucrada en las conversaciones de toma de control. "Estarán compitiendo por la carga de trabajo".
Con el mercado de automóviles de Europa cerca de un pico, algunos analistas esperan que el nuevo grupo cierre dos o tres plantas dentro de cinco años. La salida de Reino Unido de la Unión Europea se suma a la incertidumbre sobre las plantas británicas de Vauxhall en Ellesmere Port y Luton.
Pero Tavares dijo que las exportaciones podrían impulsar la producción en las plantas de Opel, agregando que la fabricación en el Reino Unido trae consigo oportunidades así como riesgos en el caso de un "Brexit duro" en el que Londres dejaría la UE sin un acuerdo de libre comercio.
En el marco de la transacción, GM parece asumir también la mayor parte del déficit de pensiones de Opel, estimado por los analistas en 10.000 millones de dólares. Anteriormente en las conversaciones, el fabricante de autos estadounidense había tratado de deshacerse de una mayor proporción de dichos pasivos, dijeron fuentes.
Algunos fondos de pensiones más pequeños serán transferidos a PSA, junto con un pago de 3.000 millones de euros para cubrir su total liquidación, dijeron el lunes las empresas.
Los modelos de Opel existentes no podrán entrar en nuevos mercados de ultramar bajo acuerdos de "no competencia" que también han complicado las negociaciones, mientras que GM estará igualmente excluido de comercializar las mismas tecnologías en Europa.
Los warrants de PSA, que se pueden ejercitar en cinco años y con vencimiento en nueve, proporcionan un incentivo financiero para que GM continúe cooperando. El fabricante de automóviles de los Estados Unidos ha acordado vender las acciones en cuanto las reciba, sin mantener ninguna participación en PSA.
La venta de Opel reduce el requisito de caja de GM en 2.000 millones de dólares, dijo la compañía, lo que le permite acelerar las recompras de acciones. GM también asumirá un cargo de entre 4.000 millones y 4.500 millones de dólares en el marco de esta transacción, cuyo cierre está previsto para finales de 2017. Reuters