Ford Motor Co. dedicó cinco años y cerca de US$3.000 millones al desarrollo de una versión más liviana de su camioneta F-150 que consume menos combustible. Y ese es, precisamente, el problema: mientras Ford ultima los preparativos para la venta del nuevo modelo, los precios de la gasolina han caído 15% en Estados Unidos en los últimos cuatro meses.
La camioneta con chasis de aluminio, una verdadera proeza técnica, fue diseñada y concebida para una era de precios más altos del combustible. Pesa 317 kilos menos y es hasta 20% más eficiente en el uso de combustible.
El modelo 2015, que en Estados Unidos saldrá a la venta en diciembre, es una apuesta a la capacidad de la automotriz para vender en forma masiva vehículos que se ciñan a los requerimientos de ahorro de combustible del futuro. No obstante, el exceso de suministro de petróleo ha socavado la apuesta de Ford en un vehículo que representa 50% de sus ganancias en América del Norte.
Ford ha indicado que el nuevo modelo tendrá una mejora de entre 5% y 20% del kilometraje por litro respecto de los vehículos actuales. En la práctica, eso equivale a unos 8 kilómetros por litro en la parte alta de ese rango.
No está claro, sin embargo, si esta clase de economía será suficiente para levantar las ventas de la camioneta. “El mundo parece haber cambiado muchísimo desde el momento en que el producto” se empezó a planificar, dice Brian Johnson, analista sénior de Barclays, quien calcula que el costo de Ford de desarrollar nuevos motores y equipos de producción superan los US$3.000 millones. Ford “apelará al comprador de alta gama, que es menos sensible al precio, pero no creo que logren convencerlos para pagar más por los ahorros futuros de economía de combustible”, afirma.
Joe Hinrichs, presidente de Ford para las Américas, indicó que la camioneta coloca a la automotriz en una posición para competir con éxito durante varios años donde los estándares de ahorro de combustible se volverán más estrictos. Además, el lanzamiento del nuevo modelo permite a Ford adelantar al segundo mayor vendedor de camionetas, General Motors Co. , que también contempla incrementar el uso de aluminio y compuestos para alivianar el peso de sus vehículos.
Algunos clientes concuerdan. Ed Jochim, quien ha tenido cinco camionetas F-150 y ahora conduce un modelo 2009 ya ordenó el nuevo modelo. Ford le dijo que lo fabricará el 17 de noviembre y llegará a su puerta unas semanas después.
“Quería ser el primero en tener una F-150 del 2015 de aluminio”, manifestó el dueño de una empresa de excavación en Omaha, Nebraska. “Lo más importante es el ahorro de combustible”, dice el empresario de 75 años.
Ford advirtió el mes pasado que los márgenes brutos sobre la camioneta serán inferiores a los del modelo previo, a pesar de informar que el nuevo modelo costará US$400 más que su antecesor.
Adam Jonas, analista de automóviles de Morgan Stanley, redujo su perspectiva para las acciones de Ford debido a los riesgos asociados al lanzamiento del F-150. Las camionetas grandes como la F-150 generan ganancias de US$8.000 por unidad.
Tan sólo preparar el lanzamiento de las primeras camionetas ha sido todo un reto. La planta de estampado de metal de la automotriz ha tenido problemas con los paneles de aluminio que se dividen después de ser prensados, según una fuente cercana al proceso. Nuevas herramientas que ayudan a moldear y cortar el metal también han debido volver a fabricarse, lo que demora semanas. Los diestros operarios de la planta han recibido instrucciones de ceñirse a un horario “crítico” de 12 horas al día, siete días a la semana durante las próximas cuatro a cinco semanas para no retrasar el lanzamiento del modelo, agregó la fuente.
Bruce Hettle, vicepresidente de manufactura en América del Norte de Ford, dice que este tipo de problemas tienden a pasar cuando se hace un cambio tan radical. “Cada lanzamiento acarrea desafíos”, sentencia. “Estamos avanzando en las fechas previstas“, insistió.
Ford sigue fabricando los actuales modelos en una planta cerca de Kansas City mientras resuelve algunos problemas de producción en su complejo de Rouge, cerca de Detroit. Una vez que la primera planta esté en operación, la empresa contempla dedicar unas cinco semanas a la instalación de nuevas herramientas y procesos en Kansas City.
El fabricante acumuló inventarios de sus modelos actuales de las F-150 en anticipo de las renovaciones de las plantas. De todos modos, los rivales se han beneficiado mientras algunos clientes aguardan el nuevo modelo. La participación de Ford en el mercado de camionetas pesadas cayó a 34,6% en septiembre frente a 41,8% en igual mes del año anterior según la firma de mercado Autodata Corp. Su cuota de mercado es la más baja desde mayo de 2009.
GM y Chrysler han aumentado sus descuentos y otros incentivos para aprovechar la brecha en la producción de Ford. A fines de septiembre, Ford tenía un inventario de 104 días de ventas de camionetas comparado con 95 días en el caso de GM y 83 en el de Chrysler.
En todo caso, incluso con la caída en los precios del combustible, las encuestas realizadas por el analista del banco de inversión UBS muestran que todavía hay una gran demanda por el F-150, incluso de parte de los dueños de marcas de la competencia.