Roma, 1 nov (EFECOM).- La agencia de calificación crediticia Fitch consideró hoy que las sinergias resultantes de la eventual fusión entre el grupo automovilístico italoestadounidense Fiat Chrysler y el francés PSA, fabricante de Peugeot, Citroën u Opel, podrían ser un factor de crédito positivo a medio plazo.
En un comunicado publicado hoy en su página web, la firma subraya que la unión de los dos grupos generaría sinergias brutas anuales de unos 3.700 millones de euros con costes de implementación de 2.800 millones de euros.
"No esperamos que la acumulación total de sinergias netas sea inmediata y simple. Los productos clave que se lanzarán en los próximos dos o tres años ya se han desarrollado por separado, y pasarán algunos años antes de que se puedan desarrollar motores y plataformas conjuntas y se consoliden las alineaciones de vehículos", señala la nota.
La agencia apunta que la unión entre Fiat y PSA crearía el cuarto fabricante de automóviles del mundo y tendría "posiciones líderes en la mayoría de los mercados clave, marcas fuertes y una amplia diversificación geográfica y de productos".
Reconoce que FCA es fuerte en Estados Unidos y PSA en Europa, por lo que podrían complementarse y suplir las debilidades mutuas, e indica que la operación puede obtener luz verde, entre otras cosas porque ambas compañías ya tienen un historial de integración: Fiat con la compra de Chrysler en 2014 y Peugeot y Citroën que se unieron en 1976 y crearon el grupo PSA Peugeot Citroën, que en 2016 pasó a llamarse PSA Group.
Además, PSA podrá obtener beneficio para su marca relativamente nueva de coches de alta gama DS de los Maserati y Alfa Romeo de FCA; mientras que los italianos se aprovecharían de la tecnología de los franceses para impulsar su electrificación, con la que llevan retraso, según Fitch.
Entre los principales riesgos en las conversaciones Fitch apunta en primer lugar al número de socios involucrados: el Estado francés, la familia Peugeot y el fabricante chino Dongfeng Motors poseen cada uno una participación del 12,2 % en PSA, mientras que la familia Agnelli controla el 29 % de FCA.
El Gobierno italiano no tiene participaciones en Fiat, pero igual que el Ejecutivo francés "podría desempeñar un papel importante en el diseño de la futura estructura industrial del grupo" y en el "recorte de los gastos".
De hecho, ambos Gobiernos ya han pedido que se respeten los actuales puestos de trabajo y Fitch no espera "cierres de plantas a corto plazo".
Finalmente, Fitch confía en que haya "un impacto limitado en el apalancamiento de PSA y FCA como resultado de la fusión, en primer lugar de la distribución de dividendos de FCA por valor de 5.500 millones de euros para igualar las valoraciones de los dos grupos" y en segundo lugar de la venta por parte de PSA de su participación del 46 % en la proveedora automovilística Faurecia. EFECOM