El hermano mediano de la familia Audi se actualiza con las más avanzadas prestaciones tecnológicas y aerodinámicas en herencia del Q7 y el A8.
Como en las familias bien avenidas, el hermano mediano de la familia Audi, el A4, recibe en cada actualización lo mejor de los mayores de la casa. Siendo como era ya un modelo notablemente refinado y avanzado desde el punto de vista tecnológico, ahora da un paso más en el camino de la excelencia que reclama un segmento cada vez más competido, el de las berlinas medias.
Muchos de los 30 sistemas de ayuda a la conducción que llegan al Audi A4 -a partir de mediados de noviembre, aunque se admiten ya pedidos- son herencia del Q7, también recién renovado, y en materia de aeroacústica (el ruido generado por el viento que se percibe dentro del habitáculo), la referencia que han tomado en la marca de Ingolstad
t es nada menos que su buque insignia tradicional, el A8.
t es nada menos que su buque insignia tradicional, el A8.
El nuevo modelo se presenta con las mejores credenciales. Para empezar, un coeficiente aerodinámico (Cx) de 0,23 que no mejora ningún modelo de la propia firma alemana ni del segmento. El peso total se ha reducido en hasta 110 kilos, por 120 en la carrocería familiar (Avant), que se dará a conocer próximamente.
Aunque el aspecto exterior del coche cambia poco aparentemente, puede considerarse nuevo el 90% de este vehículo que alcanza con ésta su novena generación (contando las de su antecesor, el Audi 80) y suma 43 años de existencia y 12 millones de unidades vendidas.
Uno de los aspectos más criticados de los A4 precedentes ha sido la escasa habitabilidad, singularmente en las plazas traseras. De ahí que el mínimo crecimiento del coche se haya dedicado en esta ocasión a aumentar el espacio para las piernas en el asiento posterior (+23 milímetros); la altura en las plazas delanteras se incrementa 24 milímetros. El maletero dispone de una capacidad de 480 litros (505 en el Avant).
La oferta mecánica se compone inicialmente de tres motores de inyección directa de gasolina y turbo (TFSI) y cuatro turbodiésel (TDI). Los primeros arrancan con el 1.4 TFSI, de 150 caballos, que tendrá en España un precio de 33.000 euros, y prosiguen con dos variantes del 2.0 TFSI, una especialmente orientada a la eficiencia (y denominada Ultra, el distintivo de las versiones más ecológicas de cada modelo), de 190 caballos, y otra más deportiva de 252 CV.
La gama diésel está integrado por el propulsor 2.0 TDI, con potencias de 150 y 190 caballos, y el 3.0 TDI de seis cilindros, que cuenta a su vez con dos niveles de potencia: 218 y 272 CV. Las dos versiones del primer motor tendrán sus correspondientes variantes Ultra, que en el caso de la de 150 caballos acredita un consumo medio de 3,7 litros cada 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de 95 gramos por kilómetro recorrido. Por su parte, la versión Ultra del motor 2.0 TFSI consume sobre el papel 4,8 litros y emite 109 gramos/km.
Después del lanzamiento, se añadirá a la gama otro motor 2.0 TDI con una potencia de 122 caballos, destinado particularmente a flotas, que acaparan el 50% de las ventas de este modelo. De momento, la versión diésel básica será la de 150 caballos, que costará 34.600 euros.
En conjunto, Audi calcula que los propulsores ofrecen al usuario un 25% más de potencia con una reducción del consumo de combustible del 21%.
La caja de cambios manual de seis velocidades es de serie para todas las versiones de cuatro cilindros. Un nuevo cambio S Tronic (de doble embrague, sustituye a la de variador continuo Multitronic) de siete marchas está disponible para todos los motores salvo el 3.0 TDI de 272 CV, que utiliza una transmisión automática Tiptronic -también de nuevo cuño- de ocho velocidades, y se monta de serie en el de 218.
Son cuatro los trenes de rodaje entre los que cabe elegir. La suspensión convencional cuenta con una configuración estándar y otra deportiva, y la de tipo adaptativo proporciona carrocerías rebajadas bien en 10 bien en 23 milímetros. Estos rangos son susceptibles de ampliarse si el vehículo está equipado con el sistema Drive Select, que permite escoger entre cinco tarados diferentes.
De toda la panoplia tecnológica disponible y heredada de sus hermanos mayores, conviene destacar el control de velocidad adaptativo (ACC) con asistente en atascos, que guía al vehículo sin intervención del conductor y funciona a una velocidad de hasta 65 km/h, y el asistente predictivo de eficiencia, capaz de ahorrar un 10% de carburante al cotejar la información sobre orografía, trazado de la carretera y señales de tráfico para adaptar la marcha del vehículo de forma 'autónoma'.
Otras ayudas a la conducción prestadas del Audi Q7 son, por ejemplo, el sistema que impide el giro en una intersección cuando se acerca otro vehículo en sentido contrario o aquel que deshace y enmienda las maniobras de aparcamiento en batería que se hayan realizado de manera deficiente.
El nuevo modelo puede equipar otros dispositivos novedosos como el 'virtual cockpit', configurable por el conductor y que permite seguir las indicaciones del navegador en una pantalla TFT de 12,3 pulgadas colocada justo ante los ojos, las luces de matrix led (las de serie son de xenón plus), novedad en su categoría, los intermitentes dinámicos o un equipo de sonido Bang&Olufsen dotado de 19 altavoces.
Acudiendo al equipamiento opcional se puede dotar al A4 de tabletas para las plazas traseras o del Audi Phone Box, con el que pueden cargarse por inducción los teléfonos que admitan esa posibilidad y manejarse el dispositivo a través del mando central de la consola. En cuestión de conectividad, a partir de ahora será posible abrir y cerrar el coche desde el móvil, consultar su ubicación o programar la calefacción.
La marca alemana ha trabajado intensamente en dotar al interior del vehículo de una atmósfera refinada. El salpicadero, tan bien rematado como es tradicional en la casa, busca ahora una cierta "levedad" -en palabras de sus directivos- que subraye la sensación de amplitud, y para la iluminación interior puede escogerse entre un total de 30 colores distintos. Audi A4