Washington, 20 abr (EFE).- El anuncio hoy de General Motors (NYSE: GM - noticias) (GM) de que cesará sus operaciones en Venezuela es la última demostración de las graves dificultades económicas y operativas que están teniendo los fabricantes estadounidenses en el país sudamericano.
GM informó hoy de que su planta de montaje de Valencia, que hasta 2015 producía vehículos en Venezuela, fue "confiscada de forma inesperada por las autoridades públicas, impidiendo las operaciones normales".
General Motors Venezolana (GMV) había dejado de montar vehículos en Valencia en 2015 ante la imposibilidad de conseguir los componentes que necesita para producir automóviles a consecuencia de las políticas gubernamentales que limitan a las compañía el acceso a dólares para llevar a cabo sus importaciones.
En el pasado, GM, que se estableció en Venezuela en 1948 y es el fabricante de automóviles más antiguo del país, producía vehículos de la marca Chevrolet, como el Aveo o el Spark, en Valencia.
"Ayer, la planta de GMV fue confiscada de forma inesperada por las autoridades públicas, impidiendo las operaciones normales. Además, otros activos de la compañía, como vehículos, han sido tomados de forma ilegal de sus instalaciones", señaló el fabricante en un comunicado.
"La confiscación fue otorgada y aplicada con total desprecio del derecho de GMV al proceso debido, causando un daño irreparable a la compañía, a sus 2.678 empleados, sus 79 concesionarios (la red de servicio mayor del país con más de 3.900 trabajadores) y sus proveedores", añadió la empresa.
GM también indicó que el cese de sus operación asegura, "hasta donde lo permitan las autoridades", que sus empleados reciban compensación económica por la terminación de la relación laboral .
Los problemas de GM en Venezuela no son únicos entre los fabricantes de automóviles estadounidenses asentados en el país.
Otros dos fabricantes estadounidenses, Ford y el grupo Fiat Chrysler (FCA), también cuentan con plantas de producción en Venezuela que tienen grandes problemas para producir ante la falta de suministros por la imposibilidad de acceder a dólares para realizar adquisiciones.
En 2016, FCA sólo pudo montar una treintena de vehículos en su planta. En 2017, la firma produjo 17 unidades en enero y 4 en febrero, según datos de la asociación de productores venezolanos, Cavenez.
Por su parte, Ford, que abrió su planta de Valencia en 1962 y donde ha producido vehículos como Explorer, Fiesta o la camionetas F-250 y F-350, también ha suspendido la producción de automóviles ante la situación económica del país.
En 2015, Ford perdió más de 800 millones de dólares en Sudamérica principalmente a consecuencia de las pérdidas en Venezuela.
Y en 2016, Ford decidió convertir sus operaciones en Venezuela en una unidad independiente para excluir sus resultados de los del resto de la compañía.
Para GM la situación era similar. En 2016, sus ingresos en Suramérica se redujeron a 7.200 millones de dólares, debido a los problemas en Venezuela y la crisis en Brasil.
La compañía ya advirtió en su último informe anual de que sus operaciones en Venezuela "siguen impactadas de forma negativa por la recesión económica y la inestabilidad política del país".
"Vigilamos el ambiente en Venezuela de forma estrecha para valorar si la situación evoluciona hasta el punto que no mantenemos el control financiero", añadió entonces GM.
Ahora, la única posibilidad que le queda al fabricante es recurrir ante los tribunales.
GM señaló que "GMV rechaza contundentemente las medidas arbitrarias tomadas por las autoridades y emprenderá acciones legales, dentro y fuera de Venezuela, para defender sus derechos".
Pero la probabilidades de éxito de GM si recurre a los tribunales parecen escasas.
El mes pasado, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi), que depende del Banco Mundial, decidió que Venezuela no tenía que indemnizar a la compañía petrolífera Exxon Mobil (Swiss: XOM-USD.SW - noticias) con 1.400 millones de dólares, como solicitaba, por la confiscación de sus activos. EFE